La turista de Yun Ko-eun
- wuffarteinfo
- 14 may
- 3 Min. de lectura
Por Elizabeth Gori
La turista, de la escritora surcoreana Yun Ko-eun, es una novela ingeniosa, inquietante y profundamente crítica que combina sátira social, la distopía y una protagonista que oscila entre la alienación y la lucidez.
La obra, publicada originalmente en 2013, se inscribe en un tipo de ciencia ficción especulativa. Se le clasifica en la mayoría de las veces como una distopía, ya que amplifica los absurdos y las violencias simbólicas de la vida contemporánea, para construir una situación impactante en torno al turismo oscuro.
La historia sigue a Yona, una joven que trabaja para una empresa llamada Jungle, especializada en organizar viajes a lugares donde ha ocurrido una catástrofe. Este es el pretexto de la novela para sumergirse en una disección aguda sobre la soledad, el caos social, la empatía y el capitalismo:
En Jungle, las erupciones volcánicas, los terremotos, las guerras, las sequías, los tifones, los tsunamis y otras catástrofes se clasificaban en treinta y tres grandes categorías, que generaban ciento cincuenta y dos paquetes turísticos.

El mundo distópico que plantea Yun no es lejano ni tecnológicamente extremo: es una realidad apenas exagerada de la Corea del Sur contemporánea —y, por extensión, del mundo capitalista global— donde el turismo se ha convertido en una mercancía de estatus. Todo ello en un marco social donde persiste la presión del éxito, la precariedad laboral, el aislamiento urbano y el consumismo emocional.
La novela pone en evidencia el modo en que el capitalismo es capaz de abastecerse de cualquier situación —la tragedia, la muerte, el sufrimiento— y convertirlo en mercancía. El turismo de desastre, que en la realidad ya existe en distintas formas, se convierte aquí en un negocio altamente rentable, impulsado por el deseo de sentir algo “real” en un mundo saturado de simulacros:
¿No es lógico que se harten? Se aburren de sentir compasión. En cambio, si un mundo nuevo y diferente aparece ente sus ojos, se les despiertan las células que no habían sido estimuladas y sienten una lástima inédita. Y lo último y más importante es que haya una historia. La gente abre las páginas de los periódicos cuando ocurre una catástrofe para ver cuán terrible ha sido, pero también para encontrar historias conmovedoras que florecen en ese caos. Eso es algo de lo que solemos olvidarnos.

Por otra parte, la protagonista se mueve en la ambigüedad moral: es una ejecutiva eficaz y obediente, pero a la vez mantiene una conciencia ética intermitente, que se pone en evidencia una vez que se ve acorralada por situaciones que salen de su control. La novela se convierte así también en un retrato íntimo de una mujer que busca estabilidad en un entorno desquiciado, donde los afectos son efímeros y todo vínculo está atravesado por intereses ocultos.
Uno de los grandes logros de La turista es que pone sobre la mesa una incomodidad persistente en el lector: ¿hasta qué punto se consume de manera pasiva el sufrimiento ajeno? ¿Cuántas veces se ha “turisteado” simbólicamente en el dolor de otros, a través de noticias, redes sociales, documentales, sin asumir ninguna responsabilidad? Yun no da respuestas, pero enmarca preguntas éticas importantes que le dejan un eco al lector.
El estilo de la autora es ágil, irónico y observador. La narración en tercera persona permite explorar con detalle la subjetividad de la protagonista, con un ritmo que oscila sin perder el equilibrio. La turista de Yun Ko-eun, es una lectura imprescindible para quienes disfrutan de la literatura que incomoda y que presenta un estímulo a la inteligencia. Yun Ko-eun ha escrito una novela incómoda pero luminosa, donde el desastre no solo es un lugar al que se viaja, sino una forma de habitar el mundo. Con esta obra, se confirma como una de las voces más originales de la narrativa contemporánea asiática.



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